OpenArch mostrando hora, temperatura y correo.
30.3.13
OpenArch, una vivienda inteligente
Si pensamos en películas del estilo de Regreso al Futuro, libros de ciencia ficción o una serie cómo podría ser Black Mirror es verdad que OpenArch no guarda ningún secreto; pero resulta que los antes mencionados son películas, libros y series, mientras OpenArch es una realidad.
19.3.13
16.3.13
Itxas Buru, temporada de sidrería 2013
Viene siendo habitual desde hace varios años juntarnos en la temporada de sidrería - enero a mayo - con la cuadrilla y amigos en Hernani para disfrutar de unas buenas chuletas y la sidra de temporada.
Previa reserva telefónica a principios de febrero, decidimos juntarnos a primeros de marzo; esta vez, 21 personas - creo que cada año nos juntamos más - al ser un número tal elevado y ser sábado es recomendable hacer la reserva con tiempo. Llamada y reserva realizada, ningún problema, por su seguridad el encargado de la sidrería Itxas Buru comentó que nos llamaría días antes para confirmar/verificar el número de comensales.
Sorpresas de última hora, éramos 2 comensales menos; llegar a Hernani hacía el mediodía y disfrutar de unos pintxos mientras nos juntábamos todos. Pegatinas repartidas y los chicos vestidos con una camisa a cuadros, la idea gustó y con un tiempo a pedir de boca empezamos calentando motores.
Elegimos la sidrería Itxas Buru por su cercanía con el centro de Hernani, si bien no es la más cercana se puede ir tranquilamente andando, en cosa de 10 minutos; también existe la posibilidad de coger un autobús que pasa por todas las sidrerías, Itxas Buru es la primera parada, optamos por ir andando.
Una vez dentro, decirles quiénes éramos y comentarles el imprevisto que al final éramos 2 personas menos; ningún problema por su parte y que estuviéramos tranquilos. Mesas largas de madera, posibilidad de sentarse y/o guardarlos debajo de la mesa y disfrutar de la comida de pie. Las kupelas se encuentran en una habitación aparte de las mesas pero de muy fácil acceso, existen 8 de madera - cada una tiene un tipo de sidra - y 2 de aluminio. Las abre el encargado, en todo momento se encuentra entre las kupelas y no tiene ningún problema en dar explicaciones sobre los distintos tipos de sidra.
Para empezar tuvimos unos pintxos, uno por cada comensal, después pasamos al menú tradicional de tortilla y bacalao con pimientos - notamos la ausencia de los chorizos que suele ser habitual en otras sidrerías - seguido de buenas chuletas. Posibilidad de poder decirle si lo queríamos poco hecha, medium o muy hecha.
Terminamos las chuletas y vinieron los postres, respetando el menú sidrería queso de calidad y membrillo, tal vez un poco escaso y también notamos la falta de tejas y cigarrillos de Tolosa que suele ser habitual en otras sidrerías.
Para finalizar, posibilidad de chupitos, copas y cafés; detalle que antes no solía ser costumbre en sidrerías pero tal vez viendo el auge que tienen últimamente han decidido incorporarlo.
La valoración final es positiva, puesto que repetimos chuletas, tomamos chupitos, copas y cafés y nos costó unos 30€ por persona; pero hay pequeños detalles a mejorar cómo se han comentado.
sitio web | Itxas buru
Previa reserva telefónica a principios de febrero, decidimos juntarnos a primeros de marzo; esta vez, 21 personas - creo que cada año nos juntamos más - al ser un número tal elevado y ser sábado es recomendable hacer la reserva con tiempo. Llamada y reserva realizada, ningún problema, por su seguridad el encargado de la sidrería Itxas Buru comentó que nos llamaría días antes para confirmar/verificar el número de comensales.
Pegatina que realizamos para el evento.
Sorpresas de última hora, éramos 2 comensales menos; llegar a Hernani hacía el mediodía y disfrutar de unos pintxos mientras nos juntábamos todos. Pegatinas repartidas y los chicos vestidos con una camisa a cuadros, la idea gustó y con un tiempo a pedir de boca empezamos calentando motores.
Elegimos la sidrería Itxas Buru por su cercanía con el centro de Hernani, si bien no es la más cercana se puede ir tranquilamente andando, en cosa de 10 minutos; también existe la posibilidad de coger un autobús que pasa por todas las sidrerías, Itxas Buru es la primera parada, optamos por ir andando.
Una vez dentro, decirles quiénes éramos y comentarles el imprevisto que al final éramos 2 personas menos; ningún problema por su parte y que estuviéramos tranquilos. Mesas largas de madera, posibilidad de sentarse y/o guardarlos debajo de la mesa y disfrutar de la comida de pie. Las kupelas se encuentran en una habitación aparte de las mesas pero de muy fácil acceso, existen 8 de madera - cada una tiene un tipo de sidra - y 2 de aluminio. Las abre el encargado, en todo momento se encuentra entre las kupelas y no tiene ningún problema en dar explicaciones sobre los distintos tipos de sidra.
Para empezar tuvimos unos pintxos, uno por cada comensal, después pasamos al menú tradicional de tortilla y bacalao con pimientos - notamos la ausencia de los chorizos que suele ser habitual en otras sidrerías - seguido de buenas chuletas. Posibilidad de poder decirle si lo queríamos poco hecha, medium o muy hecha.
Acabando la chuleta.
Para finalizar, posibilidad de chupitos, copas y cafés; detalle que antes no solía ser costumbre en sidrerías pero tal vez viendo el auge que tienen últimamente han decidido incorporarlo.
La valoración final es positiva, puesto que repetimos chuletas, tomamos chupitos, copas y cafés y nos costó unos 30€ por persona; pero hay pequeños detalles a mejorar cómo se han comentado.
sitio web | Itxas buru
6.3.13
Nerua, un lujo en Abandoibarra
Era una fecha especial y sin perder las buenas costumbres que me han enseñado decidí celebrarlo en una buena mesa. Esta vez la elección era el Nerua de Bilbao; un restaurante que se encuentra en el nuevo marco incomparable de Abandoibarra, justamente en el museo Guggenheim y muy cerca de la Torre de Iberdrola. Una ocasión perfecta para poder abrir el apetito visitando el nuevo marco bilbaíno; seguro que muchas casas de la zona han multiplicado su valor gracias a dicho cambio urbanístico; Bilbao esta ganando mucho en muy poco tiempo.
Quería ver si sinceramente era verdad todo eso que había escuchado acerca de Josean Alíja, joven chef del Nerua, sabía que se trataba de un sitio de diseño acorde al emplazamiento, raro sería que no fuera así estando en el Guggenheim símbolo de modernidad e innovación. Vamos, iba ser un menú de platos innovadores y nuevas cocinas; el que vaya pensando en tomarse grandes raciones de alubias y/o algo por el estilo se esta equivocando de sitio.
Nada más entrar, para la sorpresa de los comensales nos encontramos con la cocina del restaurante; si dónde se cocina toda lo que tenemos pensado comer. Una cocina amplia, ordenada y según que zonas distribuidas por temperaturas. Al fondo de ella, se encuentran los laboratorios y/o zonas de i+d, que por lógica no son accesibles. Mientras observamos la cocina, nos explican un poco la filosofía del Nerua y nos reciben con diversos aperitivos; esta vez, fue un caldo de garbanzo y unos fritos de queso parmesano rebozados en polenta.
Quería ver si sinceramente era verdad todo eso que había escuchado acerca de Josean Alíja, joven chef del Nerua, sabía que se trataba de un sitio de diseño acorde al emplazamiento, raro sería que no fuera así estando en el Guggenheim símbolo de modernidad e innovación. Vamos, iba ser un menú de platos innovadores y nuevas cocinas; el que vaya pensando en tomarse grandes raciones de alubias y/o algo por el estilo se esta equivocando de sitio.
Nada más entrar, para la sorpresa de los comensales nos encontramos con la cocina del restaurante; si dónde se cocina toda lo que tenemos pensado comer. Una cocina amplia, ordenada y según que zonas distribuidas por temperaturas. Al fondo de ella, se encuentran los laboratorios y/o zonas de i+d, que por lógica no son accesibles. Mientras observamos la cocina, nos explican un poco la filosofía del Nerua y nos reciben con diversos aperitivos; esta vez, fue un caldo de garbanzo y unos fritos de queso parmesano rebozados en polenta.
Vistas desde el Nerua.
Después en el comedor, muy amplio dónde todas las mesas son redondas - cosa que me gusta mucho y creo que es muy positiva - y cuentan con unas sillas de madera - muy cómodas - diseñadas por el mismísimo Frank Ghery, arquitecto del museo, nos emplazaron con las maravillosas vistas hacía la Ría y la Araña. Me atrevería a decir, que gracias al gran ventanal que posee desde casi todas las mesas se puede apreciar dicha vista, un lujo en días de buen tiempo.
Hora de enfrentarse a la carta, no es muy amplía pero si bien seleccionada con platos de temporada. Existen 2 opciones, elegir platos a la carta o decantarse por los menús degustación, uno formado por 6 platos y otro formado por 9. Mi consejo es, que si se trata de la primera vez que se va a un restaurante de este tipo nos decantemos por uno de los menús degustación; así lo hicimos.
Foie con manzana.
Lágrimas de pomelo, helado y ...
Un clásico en los menús degustación es el foie, pero no por eso aburrido o malo, es más en este caso estaba muy bueno. Un postre que nos impacto bastante es el de las lágrimas de pomelo, puesto que nunca había visto nada parecido; tal vez por estas cosas digan que se trata de una cocina de diseño y tengan laboratorios i+d.
El trato recibido en todo momento fue muy cercano y dispuestos a resolver cualquier duda y/o curiosidad que pudiera tener cualquier comensal.
Por lo tanto, puedo decir, que si algún día tenéis algún compromiso en Bilbao el Nerua puede ser un lugar adecuado a dónde acudir. Creo que no hace falta mencionar su estrella Michelín.
sitio web | Nerua
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